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Pues sí, querido amigo Diego, siempre testigo directo que has sido de tantas y tantos acontecimientos y experiencias vividas por tu profesión, a la que amabas tanto como a tu familia.

Los que tuvimos la inmensa fortuna de disfrutar de tu cariño y amistad se nos viene siempre a la retina tu figura en la puerta del comercio. Era algo más que simple presencia, era apoyo, amabilidad con toda la gente que incluso sólo venía por saludarte. y él, presumía de los nietos tan guapos que tenía y de su única nieta. Chistoso, cariñoso, positivo, desprendido, que vivía por y para la familia. en dos palabras: «buena gente». También quiero quedarme y me quedo con muchas de las frases que se han pronunciado sobre ti, amigo Diego, estos días, pero quiero recordar una, la de tu amigo y fotógrafo Felipe Villazán. «La luz de tu cámara cobra vida en el cuarto oscuro y se hace papel, brillante., como tu vida».

La saga de los «Diego» comenzó con su abuelo, que recorría la provincia en carro tirado por un mulo para realizar su trabajo, fotografiando familias y paisajes. Continúa con su padre, fotógrafo y corresponsal de guerra, que fallece en el muelle de Santander durante el primer bombardeo a la ciudad ; este triste motivo hace que con siete años de edad, Rolando Diego ya comience a retocar negativos junto con sus hermanos y madre, para firmas muy importantes de Santander, como Claudio, Los Italianos, etc . En el año 1947 empieza a trabajar en lo que fue su segunda casa, «Varli»; allí revelaba murales incluso de noche, debido a las restricciones de luz de la época; su gran habilidad le permitía fabricar fórmulas caseras propias de químicos para el revelado. En el año 1952 se casa con Francisca Varela, culminando su felicidad con la llegada de sus tres hijos, formando una sólida familia. A lo largo de los años vivió el paso de diversas eras fotográficas, desde el revelado manual en blanco y negro, realizando millones de copias., luego la fotografía en color y posteriormente con la llegada de los minilaboratorios, intervino activamente, compaginando todo ello con su gran maestría para el arreglo de cualquier cámara fotográfica. En 1996 Rolando Diego se jubila a los 68 años de edad y con suficiente fuerza para ayudar a sus hijos. En este momento nace «FOTO DIEGO» en Santander, en la que aporta su experiencia y pinitos con la cámara en eventos tan importantes como \'La Cutty Sark 2002\'. \'El Día de las Fuerzas Armadas en Santander 2009\', sin despreciar ni olvidarnos por supuesto de su inmensa colección de fotos dedicadas a la bahía santanderina.

La llegada de la fotografía digital, recuerdo, que fue una de las cosas que más le asombraba, ya que le parecía mentira la forma de retocar y almacenar las imágenes, pero esto no fue ningún obstáculo pues se adaptó perfectamente al manejo de los minilaboratorios digitales.

Los que seguro que no nos vamos a adaptar a no verte, somos nosotros tus amigos y tu familia, todos te echaremos de menos y sufriremos tu ausencia, aunque siempre «estarás con nosotros» y para que tu vacío y silencio sean más llevaderos, pensaremos que eres el personaje protagonista de un cuento de Navidad, en forma de sueño. Lástima que a veces los cuentos y los sueños se hacen realidad. Hasta siempre amigo. Mi más, nuestro más, profundo pésame a Francisca, a sus hijos, Javier, Rolando y Vicente y a toda su familia.

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Adiós A Un Amigo, Adiós A Rolando Diego Hevia \'Diego\'

Falleció el día 07-01-2010
en Cantabria


En el cielo se imprime ahora en papel brillante. Hace unos días, un buen amigo personal y de muchos de los que han trabajado y trabajan en este periódico y después de la Nochebuena y la Navidad, recibimos la peor noticia que de un amigo podíamos esperar. Desgraciadamente era que Rolando, «nuestro Diego», se acostó como cada noche, se quedó dormido y no se volvió a despertar para que todos pudiéramos seguir disfrutando de su amistad, profesionalidad y el cariño que le profesábamos en «legión» y por supuesto el de su familia, el de su mujer, el de sus hijos, el de sus nietos. Parece ser, que «nuestro Diego» ha querido continuar sumido como en uno de esos muchos cuentos de navidad que por esta época nos contaban nuestros padres, abuelos y que en esta época es muy común leerlos y verlos en el cine o en la televisión.

Pues sí, querido amigo Diego, siempre testigo directo que has sido de tantas y tantos acontecimientos y experiencias vividas por tu profesión, a la que amabas tanto como a tu familia.

Los que tuvimos la inmensa fortuna de disfrutar de tu cariño y amistad se nos viene siempre a la retina tu figura en la puerta del comercio. Era algo más que simple presencia, era apoyo, amabilidad con toda la gente que incluso sólo venía por saludarte. y él, presumía de los nietos tan guapos que tenía y de su única nieta. Chistoso, cariñoso, positivo, desprendido, que vivía por y para la familia. en dos palabras: «buena gente». También quiero quedarme y me quedo con muchas de las frases que se han pronunciado sobre ti, amigo Diego, estos días, pero quiero recordar una, la de tu amigo y fotógrafo Felipe Villazán. «La luz de tu cámara cobra vida en el cuarto oscuro y se hace papel, brillante., como tu vida».

La saga de los «Diego» comenzó con su abuelo, que recorría la provincia en carro tirado por un mulo para realizar su trabajo, fotografiando familias y paisajes. Continúa con su padre, fotógrafo y corresponsal de guerra, que fallece en el muelle de Santander durante el primer bombardeo a la ciudad ; este triste motivo hace que con siete años de edad, Rolando Diego ya comience a retocar negativos junto con sus hermanos y madre, para firmas muy importantes de Santander, como Claudio, Los Italianos, etc . En el año 1947 empieza a trabajar en lo que fue su segunda casa, «Varli»; allí revelaba murales incluso de noche, debido a las restricciones de luz de la época; su gran habilidad le permitía fabricar fórmulas caseras propias de químicos para el revelado. En el año 1952 se casa con Francisca Varela, culminando su felicidad con la llegada de sus tres hijos, formando una sólida familia. A lo largo de los años vivió el paso de diversas eras fotográficas, desde el revelado manual en blanco y negro, realizando millones de copias., luego la fotografía en color y posteriormente con la llegada de los minilaboratorios, intervino activamente, compaginando todo ello con su gran maestría para el arreglo de cualquier cámara fotográfica. En 1996 Rolando Diego se jubila a los 68 años de edad y con suficiente fuerza para ayudar a sus hijos. En este momento nace «FOTO DIEGO» en Santander, en la que aporta su experiencia y pinitos con la cámara en eventos tan importantes como \'La Cutty Sark 2002\'. \'El Día de las Fuerzas Armadas en Santander 2009\', sin despreciar ni olvidarnos por supuesto de su inmensa colección de fotos dedicadas a la bahía santanderina.

La llegada de la fotografía digital, recuerdo, que fue una de las cosas que más le asombraba, ya que le parecía mentira la forma de retocar y almacenar las imágenes, pero esto no fue ningún obstáculo pues se adaptó perfectamente al manejo de los minilaboratorios digitales.

Los que seguro que no nos vamos a adaptar a no verte, somos nosotros tus amigos y tu familia, todos te echaremos de menos y sufriremos tu ausencia, aunque siempre «estarás con nosotros» y para que tu vacío y silencio sean más llevaderos, pensaremos que eres el personaje protagonista de un cuento de Navidad, en forma de sueño. Lástima que a veces los cuentos y los sueños se hacen realidad. Hasta siempre amigo. Mi más, nuestro más, profundo pésame a Francisca, a sus hijos, Javier, Rolando y Vicente y a toda su familia.


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