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Imaginemos por un momento que alguien nos dice que debemos comer su carne y beber su sangre. Seguramente, quedaríamos muy extrañados. Es lo que les pasó a los que escuchaban aquellas palabras de Jesús, que hoy se proclaman en el Evangelio: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo. -Disputaban entonces los judíos entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Es la parte central del llamado discurso del Pan de vida, que venimos escuchando desde hace varios domingos, y que hoy nos remite claramente a la celebración eucarística. Jesús, como hombre y al mismo tiempo enteramente, sabía que si hay una experiencia humana por excelencia en la que se transmite la vivencia de lo común, y del compartir, del encuentro . esa es la comida, el banquete. Y el altar de la misa también nos recuerda con sus manteles a esa mesa de hermanos en la que todos tenemos sitio para acercarnos a participar. Es la comida en la que el Señor mismo se nos da como alimento para nuestra vida. Todos somos sus comensales, porque Él así lo ha querido. Pero además, sin nombrarlo directamente, Jesús nos está hablando de su sacrificio por nosotros en la cruz (su cuerpo entregado y su sangre derramada). La misa también es el altar del sacrificio. Si el Hijo vive por el Padre, también nosotros viviremos por el Hijo, al participar de ese alimento que es su Cuerpo y su Sangre. La comunión eucarística es comunión de vida con Dios. Al comulgar nos unimos al Señor, de tal manera que nuestra vida lo es verdaderamente por estar unida a la suya: «El que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y yo en él». La Eucaristía, especialmente la de cada domingo, nos debe hacer vivir en comunión con Cristo, para que la nuestra también sea una vida entregada, partida por los demás, en el servicio a todos. ¡Feliz domingo! [contribution] => [source] => vocento [funeral] => [date] => 2012-08-19 [slug] => _el_pan_que_da_la_vida_ [hits] => 0 [signed] => 0 [condolence_count] => 0 [filename] => [created] => 2012-08-19 08:30:04 [modified] => 0000-00-00 00:00:00 [redirect] => 0 [redirect_status] => [redirect_url] => [show_tribute] => 0 [tribute_url] => [incomplete] => 0 [visible] => 1 [company_visible] => 1 [erased] => 0 [erase_date] => [company_parent_id] => [location_id] => 613302 [location_path] => 63, 34270, 41902 [location_place_id] => 41902 [location_place_name] => Málaga [location_place_slug] => malaga [location_place_level] => 3 [location_place_visible] => 1 [location_place_parent_id] => 34270 [publishing_places_place_id] => 0 [publishing_places_place_name] => [publishing_places_place_slug] => [publishing_places_place_level] => [publishing_places_place_visible] => [publishing_places_place_parent_id] => [company_name] => [company_slug] => [NIF] => [certification] => [theme] => 1 [obituary_theme] => 1 [place_id] => España → Málaga → Málaga [where] => Málaga ) [Company] => Array ( [id] => [name] => [address] => [zip] => [town] => [area] => [province] => [phone] => [phone2] => [flowers_phone_extension] => [fax] => [email] => [web] => [slug] => [legal_name] => [legal_id] => [tax_id] => [billing_account] => [obituary_count] => [created] => [modified] => [flower_service_method] => [has_flower_service] => [flower_service_url] => [obituary_incomplete_default_value] => [obituary_signed_default_value] => [alert_on_new_obituary_created] => [visible] => [is_premium] => [premium_is_active] => [show_premium_preview] => [featured] => [has_remotecontent_service] => [ignore_remotecontent_company_filter] => [send_monthly_report] => [redirect] => [redirect_status] => [redirect_url] => [latitude] => [longitude] => [parent_id] => [activity_id] => [itemsperpage] => [container_width] => [container_posx] => [container_posy] => [fontsize] => [fontfamily] => [fontcolor] => [bgcolorheader] => [bgcoloreven] => [bgcoloruneven] => [fontcolorheader] => [authorized_domain] => [remote_content_date_limit] => [has_funeral_service_budget] => [service_budget_priority] => [service_budget_extension] => ) [Location] => Array ( [id] => 613302 [class] => Obituary [foreign_id] => 521204 [name] => Málaga [place_id] => 41902 [path] => 63, 34270, 41902 [Place] => Array ( [id] => 41902 [name] => Málaga [slug] => malaga [latitude] => -4.4200358391 [longitude] => 36.7196731567 [exact] => 1 [level] => 3 [visible] => 1 [parent_id] => 34270 [lft] => 84635 [rght] => 84636 ) ) [CustomTribute] => Array ( [id] => [obituary_id] => [user_id] => [born_place_id] => [die_place_id] => [name] => [prefix] => [age] => [body] => [gratitude_message] => [source] => [slug] => [created] => [modified] => [expiration_date] => [filename] => [born] => [died] => [what] => [visible] => [paid] => [confirmed_by_user] => [show_born] => [show_died] => [user_validation_required] => [allow_users_contact] => [theme] => [type] => [admin_relation] => ) [Condolence] => Array ( ) )

\'el Pan Que Da La Vida\'

Falleció el día 19-08-2012
en Málaga


\'El Pan que da la Vida\'

Imaginemos por un momento que alguien nos dice que debemos comer su carne y beber su sangre. Seguramente, quedaríamos muy extrañados. Es lo que les pasó a los que escuchaban aquellas palabras de Jesús, que hoy se proclaman en el Evangelio: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo. -Disputaban entonces los judíos entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Es la parte central del llamado discurso del Pan de vida, que venimos escuchando desde hace varios domingos, y que hoy nos remite claramente a la celebración eucarística. Jesús, como hombre y al mismo tiempo enteramente, sabía que si hay una experiencia humana por excelencia en la que se transmite la vivencia de lo común, y del compartir, del encuentro . esa es la comida, el banquete. Y el altar de la misa también nos recuerda con sus manteles a esa mesa de hermanos en la que todos tenemos sitio para acercarnos a participar. Es la comida en la que el Señor mismo se nos da como alimento para nuestra vida. Todos somos sus comensales, porque Él así lo ha querido. Pero además, sin nombrarlo directamente, Jesús nos está hablando de su sacrificio por nosotros en la cruz (su cuerpo entregado y su sangre derramada). La misa también es el altar del sacrificio. Si el Hijo vive por el Padre, también nosotros viviremos por el Hijo, al participar de ese alimento que es su Cuerpo y su Sangre. La comunión eucarística es comunión de vida con Dios. Al comulgar nos unimos al Señor, de tal manera que nuestra vida lo es verdaderamente por estar unida a la suya: «El que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y yo en él». La Eucaristía, especialmente la de cada domingo, nos debe hacer vivir en comunión con Cristo, para que la nuestra también sea una vida entregada, partida por los demás, en el servicio a todos. ¡Feliz domingo!

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